El proceso terapéutico para adultos es un espacio dedicado a la mirada interior y reflexión para atender diferentes asuntos personales y situaciones que necesiten de atención y cuidado para encontrar nuevas formas de gestionar y relacionarse. El objetivo es que la persona encuentre sus propios recursos para vivir con mayor bienestar.
La motivación para empezar terapia puede venir de la curiosidad de autoconocimiento y el crecimiento personal, también de la necesidad de atender situaciones traumáticas y que necesitan de un acompañamiento para encontrar una nueva mirada, más amorosa e integradora.

Entendemos que el acto de acompañar tiene que ver con una actitud de escucha y respeto hacia el propio proceso de la persona. Es desde este lugar donde paciente y terapeuta crean juntos/as un espacio envolvente y seguro para tratar temas no resueltos. Acompañar se trataría pues de una actitud de respeto, curiosidad, y aprendizaje con el otro, más que de querer guiar, enseñar, o dirigir el proceso de la persona.

La terapia puede ser útil para darte cuenta de que partes de ti mismo/a necesitan ser atendidas y desde esta conciencia aportar claridad para dirigir tu energía hacia un estado de bienestar. Pudiendo atender temas intrapersonales, interpersonales o transpersonales que te generan algún tipo de bloqueo o conflicto.