PRESENTACIÓN:
EL LUGAR DONDE NOS HEMOS PUESTO

Resulta que hemos elegido ejercer una profesión, cuya finalidad no es el estudio o la generación de un producto, y cuyo objeto no es la materia inerte o los seres vivos no humanos.

Decidimos colocarnos en el papel de impulsores del cambio – ya sea éste el incremento de la salud física o psíquica, el aprendizaje, el desarrollo personal y social…-
Nuestro objeto de intervención es el ser humano.
Nuestra intervención salta de lo técnico a lo relacional. Pasamos a interactuar con un ser vivo, que tiene una historia, que está en un proceso de cambio constante, y que tiene voluntad propia.

EL MODELO

Parte de unos postulados fundamentales que ha recogido el enfoque humanista y que ha dado paso a la intervención “centrada en la persona”, relacional y de desarrollo de la consciencia.
Dichos postulados surgen de la observación de los seres vivos:

• Cualquier ser vivo desde su estado de semilla o embrión, está programado genéticamente, para desarrollar el conjunto de potencialidades inherentes a su especie; hasta llegar a su plenitud, a partir de la cual, generará otras vidas.
• El despliegue de ese proceso, depende de las condiciones contextuales en las que se desarrolla.
• Dichas condiciones y su impacto en el ser humano, no son determinantes. Su desarrollo puede cambiar al cambiar las condiciones contextuales.
• El contexto esencial en el ser humano como en el resto de los mamíferos, es el relacional, desde su estado embrionario hasta el final de sus días.

De estos postulados básicos se deriva el sentido y desarrollo de las profesiones de la relación de ayuda de manera que se haga efectivo el proceso de cambio.

LA SUPERVISIÓN

Constituye el espacio útil para los profesionales que nos hemos situado en este lugar que, no sólo es de una gran complejidad y sutileza, sino que implica además, responsabilidad, carga emocional y desgaste.
Facilita el desarrollo de la herramienta que somos nosotros/as mismos/as, dado que el medio fundamental para el proceso de cambio es la relación.
Crea un contexto de seguridad, confianza y colaboración, que da soporte emocional y abre al proceso colectivo de transformación de la práctica en experiencia, y de ésta, a la construcción del conocimiento profesional.

Permite:

• Expresar
• Compartir
• Abrirse a diversas experiencias, ópticas y modos de hacer intervención y el estilo desde el cual la llevamos a cabo.
• Recibir escucha, comprensión, acogimiento y apoyo.
• Explorar alternativas de intervención.
• Descubrir los aspectos personales que están de fondo de nuestras intervenciones.
• Descontaminar dichas intervenciones de aspectos personales que las distorsionen.
• Desarrollar destrezas y revisar actitudes y valores
  Descubrir el posicionamiento y modelar el rol profesional.

DESARROLLO DE LOS ENCUENTROS

Se desarrollarán a lo largo de 4 supervisiones individuales que irán seguidas de una rueda grupal desde la que, quien quiera, podrá expresar y explorar aquello con lo que ha resonado de lo surgido en la supervisión. Al fina de la sesión habrá un espacio para recoger las tomas de consciencia, reflexiones y aprendizajes extraídos de las supervisiones. También habrá la posibilidad de hacer algunas reflexiones teórico-metodológicas.
Esta estructura se adaptará a las necesidades del grupo y a las demandas surgidas en la presentación de la sesión inicial.

REQUISITOS INDISPENSABLES

1. Haber completado la formación de una profesión del ámbito de la atención personal
2. Estar posicionado/a en un enfoque de trabajo relacional y de consciencia
3. Estar acompañando procesos de atención personal
4. Realizar un compromiso de asistencia, implicación, transparencia y confidencialidad